viernes, 27 de enero de 2012

La insignificancia de soñar.

Ayer soñé, que una noche fría de invierno
fue cuando te conocí y comenzó este bello sueño.
Ayer soñe, que al principio me asustabas
pero pronto comprendí que sin ti yo no era nada. 
Ayer soñe, que cantaba para ti
y aunque habría mil personas solo estabas tú allí.
Y comprendí cuando a solas te abracé, que mi vida
ya era tuya, que mi luna ya encontré. 
Ayer soñé, que buscaba tu mirada
que debajo del mantel nuestras manos se enlazaban.
Pues eso..."Sueños".


 




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