lunes, 21 de noviembre de 2011

Dolor.


DOLOR.
En esa palabra podía resumirse básicamente todo lo que Aria había sentido durante los últimos meses de su vida. Todo había sucedido muy rápido, si bien para algunos habitantes de la pequeña ciudad en la que vivía había sido toda una sorpresa la noticia de su fallecimiento, para otros, era ya un secreto a voces, que todos esperaban que cualquier día pasaría. Aria era una adolescente que vivía feliz y tranquila en una familia aparentemente feliz. Pero todo quedó en una simple fachada el día en que todo su mundo empezó a venirse abajo. A la vuelta de casa de una amiga pilló a sus padres en plena pelea. Su padre le había sido infiel a su madre. Sí, aquel hombre al que ella tanto admiraba, aquel al que tenía como el mejor padre del mundo, y aquel para el que ella creía que tan sólo había dos mujeres en su vida, ella y su madre. Su madre lo echó de casa, y quedaron solas Aria y su madre. Aria intentaba no pensar en ello porque eso la lastimaba por dentro, la que ella creía la familia perfecta, había quedado reducida a cenizas. Desde aquel momento, empezó a tomárselo todo en plan negativo. Cada día que pasaba se le hacía más eterno: las clases, los llantos de su pobre madre, la incomprensión de la gente...  Para colmo, las cosas con su novio, con el que llevaba más de un año saliendo, no estaban nada bien. Cada vez hablaban menos, y cuando lo hacían era para discutir. Pero todo acabó en lo que ella más temía. Marc había hecho algo que ella ya había vivido, y que no quería vivir otra vez. aquello terminó por hundirla más aún en la miseria si cabe. Un día, su madre fue a despertarla por la mañana para ir a clase, pero en su lugar encontró una nota, que decía:
  “He decidido huir allí donde nadie pueda encontrarme. A un lugar al que solo yo puedo llegar. Un lugar en el que puedo sentirme libre. En el que el dolor no existe, en el que no hay lugar para los corazones rotos, aquí todo es casi perfecto, y digo casi perfecto porque he aprendido que las cosas perfectas nunca son lo que parecen. No me busquéis, estaré bien, perdida en la eternidad.”

MissIgnorance.

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