Observas
una mariposa y ves que puede volar, puede ir a donde quiera y sin nada que la
frene o le impida agitar sus alas. Me gustaría robárselas para ponérselas a mi
alma. Debe de ser maravilloso sentir que vuelas, sentir que tu alma es libre,
puede recorrer sentimientos y emociones como un turista recorre lugares llenos
de curiosidades y sin necesidad de quedarse atrapada en una de esas sensaciones
que experimenta. Sentirse inmune ante todo. Que te resbale el más mínimo síntoma
de dolor porque sabes que esas alas actúan como chubasquero. Pero no es
posible. Si hay algo que nos diferencia a los humanos de los animales es que
nosotros tenemos la capacidad de sentir
y ellos no. Por eso no tenemos alas, debemos que sufrir al igual que nos
divertimos y llorar al igual que nos reímos. Pero hay gente que tiene semejanza
con las mariposas pero en el sentido en que sienten, pero sus sentimientos y
emociones son libres y no les importan sacar sus alas para salir en busca de la
luz del sol. En cambio, hay gente que tiene su alma escondida junto con sus
emociones guardadas en lo más profundo de su ser. Y la única luz que conocen
son las que se reflejan en las lágrimas que esa persona echa. Es duro ver que
tienes alas y no poder sacarlas. No sé si se me entiende pero se lo que digo.
MissNothing.
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