Andas
por la vida como si andarás por una fúnebre carretera, miras a los lados
desorientada sin saber que coño hacer y es en ese momento cuando te das cuenta
de que no estas bien, de que necesitas ayuda .Te das cuenta de que no eres la
chica fuerte y pasota que todos piensan que eres.
No
soportas otra decepción más y prefieres encerrar tu mente en una cajita ajena a
todo lo que te rodea. Te sientes sola y débil, miles de escalofríos recorren tu
cuerpo y tus tímidas e inofensivas lágrimas salen de su escondite para ser
humilladas por miles de ojos. Estás destrozada, no eres capaz de ver un rayito
de luz que te ayude a mostrar la salida de todo este dolor. Necesitas salir
corriendo y perderte donde nadie sepa de tu existencia y de repente oyes algo,
algo que te dice:
-Lucha,
no pares ahora, demuestra quien y como eres.
Esa
vocecita te susurra cada vez más fuerte hasta el punto que te martillea los
oídos y no te deja escuchar otra cosa que no sea un “No te des por vencida”.
Esa
vocecilla es nuestra última esperanza, y se llama Amor propio, porque sino te
quieres tu ¿Quién te va a querer?
No te
vengas abajo, tú puedes con todo y con todos.
¡Lucha¡
MissNothing.
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